Uno de los mayores errores que los dueños de perros pueden hacer es asumir que sus perros sienten emociones y piensan como hace la gente. Esto nos lleva a humanizar a nuestros perros atribuyéndoles nuestras propias necesidades y motivaciones para justificar su conducta. Como consecuencia, podemos llegar a estar reluctantes en disciplinar o corregir a nuestros perros, porque tenemos miedo de herir sus sentimientos o crear resentimiento.
La primera Ley Natural de los Perros nos enseña que los caninos no funcionan de esa manera. Sí, ellos sienten emociones y piensan, pero diferentemente de nosotros. Las emociones de los perros tienen su origen en el momento y son una reacción inmediata a lo que está sucediendo ahora mismo. Los perros no lamentan el pasado ni se preocupan con el futuro. Sólo piensan en el presente: ¿Es esto en algo amistoso o una amenaza? ¿Debo luchar, huir o evitar?
Esa es la mayor diferencia entre los seres humanos y perros. Estamos constantemente en cambio entre nuestras dimensiones intelectual, emocional y espiritual. Pero los perros viven por lo general en un mundo instintivo. Corresponde a nosotros como Líderes de la Manada a relacionarnos con ellos en ese nivel.
Como los perros reaccionan instintivamente a las cosas que les rodean, son también conscientes de nuestras emociones, mediante la lectura de nuestra energía. Cuando estamos calmados, ellos están calmados. Cuando no estamos calmados, notan nuestra energía desequilibrada y, naturalmente, nos evitan o empiezan a reflejar nuestro desequilibrio.
En la manada, perros desequilibrados son corregidos rápidamente o, si no se equilibran, son rechazados. Nuestros perros no pueden en igual rechazarnos a nosotros, pero pueden hacer todo lo posible para evitarnos cuando no estemos tranquilos y a veces son compelidos a actuar afuera de su zona de confort, en ese entonces surgen los problemas de comportamiento.
Los perros son instintivos y viven en el momento, así que no podemos corregir su comportamiento como hacemos con niños o incluso adultos. Ellos son instintivamente atraídos a la calma y a líderes asertivos, sea humano o canino, por eso debemos ponernos en contacto con nuestro propio instinto para mantenernos a nosotros mismos calmados y asertivos. Eso es mucho más efectivo que tratar de razonar con tu mascota o hacerle apelaciones emocionales.
Sigue la Primera Ley Natural de los Perros. Permite que tu perro sea un perro y aprende a seguir sus instintos en lugar de su intelecto.
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